Esta historia dejó
mis sentimientos mezclados, el libro está dividido en dos partes, al principio me
dio “corazón” el terrible accidente, luego llegó la impotencia ya que se debe
ubicar al lector con los personajes y esto requiere bastante descripción. Con
esto no quiero decir que la primera parte sea mala, pues tiene lo suyo, es
solamente que yo tenía mucho curiosidad y prisa por saber lo que sucede. La
segunda parte se pone más activa y emocionante, se da un gran giro, tanto así
que mi mente decía: “esto no puede ser”; además, confieso que me tuve que
devolver a revisar un dato porque hasta tenía dudas. Las últimas 80 páginas están
cargadas de electricidad y el final los dejará
congelados, créanme yo todavía lo estoy.
Este libro lo compré
en la FIL-2018 (Feria Internacional del Libro en Costa Rica), desde el año
pasado estaba dentro de mis pendientes por leer. Ha sido una excelente lectura,
el libro estuvo conmigo hasta en mis almuerzo, porque quería aprovechar cada momento. Importante
mencionar que se describen temas sociales, laborales y morales, lo que
adicionalmente sirve para largas conversaciones y debates.
Me encantó Patrick,
para quienes ya la leyeron pensaran que es poco original mi escogencia, porque él
llega a ser como un héroe, pero lo que verdaderamente me llamó
la atención es que fue persistente y eso lo valoro en las personas, que a pesar
de las situaciones no se alejan ni juzgan.
“La
lluvia me golpea en la cara, y me nubla la vista y me llena los ojos de
siluetas en sombra. Apenas escucho el ruido del motor por el rugido del viento,
pero aun así oigo el golpe cuando él impacta con el capó, el golpe cuando choca
contra el asfalto.
Y
de pronto el agua que se me mete en los ojos no es lluvia sino agua del mar. Y
el motor no es el de un coche, sino el runrún de un motor fueraborda. Y aunque
el grito es mío, el rostro que me mira –los ojos oscuros con las pestañas
húmedas–, ese rostro no es del Jacob, sino de Patrick.” (p.
174)
Género: Intriga - thiller
Año: 2016
Páginas: 430
Traducción: Ana Alcaina y Verónica
Canales
Debolsillo
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