sábado, 13 de mayo de 2017

El Hobbit de J.R.R. Tolkien

Obviamente tenía que hablar de esta joya, realmente una historia hermosa, llena de genialidad y humor sano, es adictiva, no es aburrida en ningún momento y tiene muchos temas para reflexión (amistad, envidia, valentía, entre otros). Con gusto volví a leerlo para acordarme de los detalles y recordé lo fascinante que es.

Un hobbit tranquilo, que vive en su acogedor agujero en la Comarca, un día sin esperárselo vive una gran aventura. Maravillosos personajes aparecen a lo largo del relato, me gusta pensar en los elfos, enanos, magos, animales que hablan, trolls y otras fantásticas criaturas buenas o malas que hacen que nuestra imaginación se dispare.

El libro está dividido en 19 capítulos, no podía decidirme de cual parte tomar un fragmento, pero al final pensé que como el objetivo era buscar al Dragón, la verdad es que esta conversación es bastante simpática:

“-¡Bien, ladón! Te huelo y te siento. Oigo cómo respiras. ¡Vamos! ¡Sírvete de nuevo, hay mucho y de sobra!
Pero Bilbo no era tan ignorante en materia de dragones como para acercarse, y si Smaug esperaba conseguirlo con tanta facilidad, quedó decepcionado. -¡No, gracias oh Smaug el Tremendo! –replicó el hobbit-. No vine a buscar presentes. Solo deseaba echarte un vistazo y ver si eras tan grande como en los cuentos. Yo no lo creía.
-¿Lo crees ahora? –dijo el dragón un tanto halagado, pero escéptico.
-En verdad canciones y relatos quedan del todo cortos frente a la realidad -¡oh Smaug, la Más Importante, la Más Grande de las Calamidades!- replicó Bilbo.
-Tienes buenos modales para un ladrón y un mentiroso –dijo el dragón-. Pareces familiarizado con mi nombre, pero no creo haberte olido antes. ¿Quién eres y de dónde vienes, si puedo preguntar?
-¡Puedes, ya lo creo! Vengo de debajo de la colina, y por debajo de las colinas y sobre las colinas me condujeron los senderos. Y por el aire. Yo soy el que camina sin ser visto.
-Eso puedo creerlo –dijo Smaug-, pero no me parece que te llamen así comúnmente.
-Yo soy el descubre-indicios, el corta-telarañas, la mosca de aguijón. Fui elegido por el número de la suerte.
-¡Hermosos títulos! -se mofó el dragón-. Pero los números de la suerte no siempre la traen.
-Yo soy el que entierra a sus amigos vivos, y los ahoga y los saca vivos otra vez de las aguas. Yo vengo de una bolsa cerrada, pero no he estado dentro de ninguna bolsa.
-Estos últimos ya no me suenan tan verosímiles -se burló Smaug.
-Yo soy el amigo de los osos y el invitado de las águilas. Yo soy el Ganador del Anillo y el Porta Fortuna; y yo soy el jinete del Barril -prosiguió Bilbo comenzando a entusiasmarse con sus acertijos.
-¡Eso está mejor! -dijo Smaug-. ¡Pero no dejes que tu imaginación se desboque junto contigo!.”